El impacto de los residuos urbanos

 

En la Unión Europea se generaron casi 225 millones de toneladas de residuos urbanos en 2019 (Eurostat). 

Esto supone que cada ciudadano europeo produce, aproximadamente, media tonelada de residuos al año y, de estos, un 40% se corresponde a residuos biológicos.

Aunque esta cantidad de residuos viene a representar menos de una décima parte del total de residuos generados anualmente en Europa (2.500 MT), resultan muy visibles y generan un importante impacto ambiental, debido a su composición, múltiples fuentes y su vínculo con los patrones de consumo. 

En el caso de los residuos biológicos, los sistemas municipales de gestión que existen actualmente en Europa, como los vertederos, no permiten su reciclaje o valorización energética, y la alternativa de la incineración conlleva su eliminación sin aprovechar al máximo su valor. 

La acumulación de estos residuos en los vertederos supone un problema creciente para las ciudades y para el medioambiente.

En ellos se generan y emiten gases de efecto invernadero (GEI) que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático. Según el informe ISWA, si el uso de vertedero continua igual, estos serían responsables del 10% de las emisiones de GEI para el 2025.

Además, las emisiones de gas metano descontroladas suponen un riesgo de incendios y explosiones, lo que implica emisiones de dioxinas muy dañinas para el medioambiente.

Otros riesgos ambientales asociados al uso de vertederos son la contaminación de suelos y aguas subterráneas por el arrastre e infiltración de sustancias contaminantes y la alteración de la fauna. Ejemplos de esto último son la presencia de animales que se alimentan en los vertederos y alteraciones en la actividad migratoria de algunas especies. 

Además, la presencia de un vertedero provoca una depreciación del entorno como causa de los malos olores, que no pueden ser controlados y que acaban llegando hasta las poblaciones cercanas. Algo que acaba depreciando el valor de los inmuebles y perpetúa la devaluación de áreas desfavorecidas. 

Mejorar la gestión de los residuos urbanos, siguiendo los principios de jerarquía de gestión de residuos (prevenir, reducir, reutilizar, reciclar, valorización energética y eliminación) es un paso indispensable para evitar el impacto que generan estos residuos y poder avanzar hacia un modelo de economía circular sostenible. 

En este sentido, uno de los desafíos a los que se enfrenta la gestión de los residuos urbanos es la integración de sistemas de valorización en el contexto de ciudad y poder recuperar productos con un valor de mercado que compensen el coste de esta valorización. 

 

Cómo integrar una planta Waste-to-Energy en zonas urbanas

Las plantas Waste-to-Energy (WTE) o de valorización energética están destinadas a la gestión de residuos no reciclables, obteniéndose energía a partir de ellos. 

Este tipo de plantas tiene un papel esencial en la gestión de residuos urbanos al evitar, o reducir, el depósito de los mismos en vertederos.

Las tecnologías aplicables dentro del WTE son varias (incineración, gasificación, pirólisis, digestión anaerobia) dependiendo del tipo de residuo que se trate, y la energía obtenida puede ser térmica, eléctrica o combustibles. 

En el caso de la fracción orgánica de los residuos urbanos, resulta especialmente interesante el someterlos a procesos WTE de digestión anaerobia, obteniendo con ello energía renovable en forma de biogás y biometano. 

Este biogás y biometano pueden ser luego aprovechados como biocombustibles para el autoconsumo, abasteciendo a áreas residenciales, industriales o para la movilidad sostenible del municipio.

La tecnología WTE está en pleno desarrollo y evolución, mejorando la eficiencia de sus procesos e integrándose, cada vez más, en el tejido urbano. 

Así, su futuro pasa por una tecnología a gran escala que podrá integrar centros deportivos y actividades de entretenimiento educativo para sensibilizar a los ciudadanos sobre la gestión de los residuos. 

El objetivo es lograr una gestión eficiente de los residuos y su aprovechamiento como un recurso energético, al tiempo que se protege el medioambiente y se generan oportunidades a los ciudadanos. 

 

Biocombustible a partir de una planta wastetoenergy

La digestión anaerobia es un proceso bien establecido para el tratamiento de los residuos orgánicos. Su aplicación en las plantas WTE para la gestión de la fracción orgánica de los residuos urbanos ofrece una mejora importante en la gestión de estos residuos, evitando su acumulación en vertederos. 

El biogás que se obtiene puede aprovecharse en el ámbito doméstico e industrial, o puede purificarse (upgrading) para la obtención de biometano.

Este biometano, de mayor calidad que el biogás, contiene hasta un 96% de metano, lo que permite que pueda ser inyectado en la red gasistas para su distribución y uso, o emplearse como biocombustible (GNL o GNC) para vehículos de propulsión a gas. Ampliando así, las posibilidades de aprovechamiento de este recurso energético y su rentabilidad.

Lograr implementar este tipo de plantas WTE para resolver el problema de los residuos orgánicos en las ciudades es lo que pretende el proyecto Valuewaste. 

Un proyecto que propone un sistema integrado para la valorización de los biorresiduos urbanos en productos estratégicos para la UE (biogás, biometano, digestatos y proteínas útiles).

En él se trabajan desde los métodos de separación y recogida de los residuos hasta su tratamiento mediante digestión anaerobia para convertirlos en biogás, biometano, compost y fertilizantes orgánicos, y otros productos de interés. 

La implementación de este sistema WTE en los ayuntamientos europeos evitará la acumulación de residuos urbanos y el impacto que generan, además de contribuir a la autosuficiencia europea en recursos estratégicos, como son el gas natural, los fertilizantes orgánicos y las proteínas. 

Esto supone un importante paso en la economía circular europea, convirtiendo los residuos en un valioso recurso de utilidad para diferentes sectores. 

 

Conoce cuanta energía puede producir tus residuos orgánicos

 

 

MÁS
artículos