La crisis climática y el compromiso de España con la sostenibilidad han impulsado la necesidad de buscar alternativas energéticas que permitan avanzar hacia una economía descarbonizada.
En este contexto, la descarbonización en España es un objetivo prioritario, alineado con el Acuerdo de París y las metas establecidas por la Unión Europea.
No obstante, lograr una transición energética exitosa no sólo depende de las energías renovables eléctricas, como la solar y la eólica, sino también de soluciones complementarias, como los gases renovables.
Los gases renovables, incluyendo biogás, biometano e hidrógeno verde, se consideran esenciales para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte de larga distancia.
Según el informe de PwC, New Deal para España: un nuevo compromiso para la descarbonización eficiente y efectiva de la economía española, el desarrollo de estos gases podría generar ahorros de hasta 73.000 millones de euros para 2050, además de aportar importantes beneficios ambientales.
Los gases renovables en la transición energética
Los gases renovables son combustibles obtenidos a partir de fuentes sostenibles.
El biogás se obtiene a través de la digestión anaeróbica de residuos orgánicos, incluyendo desechos agrícolas, residuos sólidos urbanos, lodos de depuradora y subproductos industriales.
Este gas puede purificarse para convertirse en biometano, un combustible con las mismas propiedades que el gas natural, lo que permite su inyección directa en las redes de distribución de gas. Una característica que reduce significativamente las barreras de entrada, ya que no se requieren costosas remodelaciones de la infraestructura existente.
Por otro lado, el hidrógeno verde se produce mediante electrólisis usando energía renovable, como la solar o la eólica. A diferencia del hidrógeno tradicional, que se deriva de combustibles fósiles, el hidrógeno verde es completamente libre de emisiones de carbono. Este combustible tiene el potencial de transformar sectores intensivos en energía, como la industria química y el transporte marítimo, que hasta ahora han sido difíciles de descarbonizar.
El informe de PwC enfatiza que la integración de estos gases renovables en la matriz energética española no sólo ayuda a diversificar las fuentes de energía, sino que también optimiza el uso de la infraestructura actual, disminuyendo la necesidad de inversiones en redes eléctricas adicionales.
En un escenario donde la electrificación total de sectores térmicos podría ser inviable o excesivamente costosa, los gases renovables proporcionan una alternativa eficiente y pragmática.
Además, el escenario «New Deal» propuesto por PwC destaca que un enfoque equilibrado que combine gases renovables con energías eléctricas renovables puede acelerar la descarbonización de manera más efectiva.
Por ejemplo, el desarrollo del biometano podría alcanzar hasta 158 TWh para 2050, lo que permitiría descarbonizar completamente la demanda térmica del sector residencial para 2040.
Este enfoque también facilita la hibridación de tecnologías, como el uso de bombas de calor combinadas con calderas de biometano, garantizando una solución energética flexible y adaptable a las necesidades de cada sector.
Por último, la transición energética apoyada en gases renovables también aborda la cuestión de la seguridad energética.
La producción local de biogás y biometano reduce la dependencia de España de las importaciones de gas natural, aumentando la resiliencia frente a crisis energéticas globales.
Además, el uso de hidrógeno verde posiciona a España como un actor clave en el mercado europeo de hidrógeno, gracias a su capacidad de generación renovable y su proximidad a los principales centros de demanda.
Impacto económico y ambiental de los gases renovables
Desde una perspectiva económica, el despliegue de gases renovables representa una oportunidad importante.
El informe de PwC resalta que el escenario «New Deal» puede ahorrar hasta 22,000 millones de euros para 2035 y 73,000 millones para 2050 en comparación con una estrategia de electrificación extrema.
Estos ahorros se atribuyen a la menor necesidad de adaptar infraestructuras y a la utilización de tecnologías actuales, como las calderas de biometano, que ofrecen una alternativa más accesible y eficiente.
Además, el impacto ambiental es significativo. El escenario «New Deal» reduce las emisiones de CO2 en un 11-12% acumulado a 2050, equivalente a 98 millones de toneladas de CO2, más que las emisiones anuales del sector transporte.
Esto se logra mediante la descarbonización de la demanda térmica, optimizando el uso de biometano y otros gases renovables para cubrir necesidades energéticas que la electrificación no puede satisfacer sin grandes inversiones.
El biometano, en particular, se destaca como una solución renovable viable. Para 2035, se espera que España produzca aproximadamente 70 TWh de biometano, cubriendo la demanda de millones de hogares y contribuyendo a la economía circular al valorizar residuos agrícolas y urbanos.
Esta capacidad de descarbonización es esencial para cumplir con las directivas europeas, como la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios.
Desafíos y oportunidades para la implantación de gases renovables
A pesar de las ventajas, uno de los desafíos que debe afrontar la implementación de gases renovables en España es la necesidad de mejorar las tecnologías de producción y distribución.
Además, los costos iniciales de inversión y la falta de incentivos adecuados pueden limitar su adopción. Sin un marco regulatorio fuerte y políticas de apoyo, el sector podría encontrar dificultades para atraer inversiones y lograr un desarrollo a gran escala.
El informe de PwC propone varias medidas para superar estas barreras, incluyendo la simplificación de trámites administrativos, incentivos económicos para proyectos de biometano y la creación de un marco normativo que garantice la integración de gases renovables en la red energética.
Se sugiere, además, una colaboración público-privada para optimizar el despliegue de estas tecnologías, y se subraya la importancia de promover cuotas obligatorias de gases renovables en sectores clave.
Por otro lado, existen oportunidades significativas para la inversión privada y la creación de empleo.
El sector de los gases renovables podría convertirse en un motor de crecimiento económico, impulsando la innovación y promoviendo la sostenibilidad.
Además, el uso de estas tecnologías permite a España liderar en soluciones de energía renovable, posicionándose como un referente europeo en descarbonización eficiente.
Con un enfoque equilibrado como el planteado por el «New Deal», España puede avanzar hacia una economía baja en carbono sin imponer un esfuerzo desproporcionado a los consumidores y empresas.
La combinación de biometano e hidrógeno verde con energías renovables eléctricas ofrece una solución flexible y eficaz para cumplir los objetivos climáticos y económicos.
Es fundamental que el gobierno y el sector privado colaboren para acelerar la adopción de estas tecnologías, facilitando el desarrollo de infraestructuras y proporcionando incentivos adecuados. De esta forma, España no sólo avanzará en su compromiso con el medio ambiente, sino que también fortalecerá su resiliencia energética y promoverá el bienestar económico a largo plazo.