El papel del biometano en la descarbonización del transporte
El papel del biometano en la descarbonización del transporte

El biometano se ha convertido en un elemento crucial en la lucha contra el cambio climático y la transición hacia una economía más verde. Su papel en la descarbonización del transporte es especialmente relevante, ofreciendo una solución sostenible y eficiente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Este papel ha sido reconocido por la Eurocámara, mediante la introducción de una definición de combustible neutro en CO2 en el Informe sobre la Revisión del Reglamento UE 2019/1242 por el que se establecen normas de comportamiento en materia de emisiones de CO2 de los vehículos pesados nuevos. Algo que está en consonancia con los criterios de sostenibilidad de la Directiva sobre energías renovables.

Tal como se señala desde la Asociación Europea de Biogás (EBA), «El biometano sostenible como combustible para el transporte proporciona una alternativa renovable, local y competitiva en costes, a los combustibles convencionales para el transporte, lo que representa una solución clave en la transición hacia una economía climáticamente neutra y capaz, incluso, de lograr las emisiones negativas necesarias para alcanzar los objetivos de neutralidad climática de la UE».

 

Biometano y movilidad sostenible

El biometano es un gas renovable que se produce a partir de diferentes residuos orgánicos, mediante procesos de digestión anaerobia y purificación (upgrading).

Uno de los tipos de residuo orgánico que puede aprovecharse para la producción de este gas renovable es la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (RSU), llevando a cabo los procesos en plantas waste to energy (WtE).

Esta valorización energética de los RSU no solo permite la obtención de biometano, sino que, además, permite una gestión sostenible de los residuos.

Un ejemplo de esto lo tenemos en la planta de biometano del Parque Tecnológico de Valdemingómez (Madrid), en la que se tratan los residuos orgánicos de Madrid y se genera unos 6 GWh de biometano al año que es utilizado como biocombustible para mover una línea de la flota de autobuses del servicio de transporte público madrileño.

La forma en cómo se utiliza este biometano como biocombustible es mediante los sistemas bio-GNC (gas natural comprimido) o bio-GNL (gas natural licuado). 

Ambos sistemas pueden emplearse en vehículos de transporte pesado por carretera que utilicen la propulsión a gas natural. De esta forma, estos vehículos pesados resultan más eficientes y sostenibles, en cuanto a emisiones cero de compuestos contaminantes.

Además, el biometano ofrece la oportunidad de un despliegue inmediato debido a su fácil disponibilidad para su uso a escala, disponiendo ya de la propia infraestructura del gas natural para ello.

 

El biometano como biocombustible en España

España tiene la oportunidad de convertirse en palanca para el impulso de la descarbonización del transporte a nivel europeo, tal como se ha puesto de manifiesto en el Green Gas Mobility Summit 2023.

El país ha liderado el crecimiento en la cuota de matriculaciones de autobuses y camiones GNL/GNC en Europa, dándose un incremento del 23% y el 4,6%, respectivamente.

Este incremento en las matriculaciones de motorizaciones a gas, junto al potencial del país para la producción de biometano, supone un punto de transición idóneo para lograr un transporte neutro en emisiones, incorporando a corto-medio plazo el biometano como combustible alternativo.

Además, el país cuenta con el Sistema de Garantías de Origen de gases renovables ya en funcionamiento, lo que permite certificar el origen renovable del biometano.

 

El futuro del biometano en la descarbonización del transporte

El biometano, por tanto, se presenta como una solución inmediata para la descarbonización del transporte y su futuro resulta prometedor.

Según el artículo de Floris Goedhart «Movilidad sostenible en Europa: Potential market share for bio-LNG in the heavy-duty transport and maritime sectors in 2050«, la producción de bio-GNL podría ascender a 46 – 405 TWh, lo que representaría entre el 1,7% (escenario más bajo) y el 18,7% (escenario más alto) del consumo energético del transporte europeo en 2050. La cuota de mercado del bio-GNL podría ser de al menos el 57% en el sector de los vehículos pesados o del 17% en el sector marítimo.

Este uso del biometano como bio-GNL podría suponer una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en el sector del transporte, superior al 95% para 2050. Algo crucial para el sector marítimo que tiene como objetivo reducir en un 75% las emisiones de GEI para 2050 en la legislación europea.

Europa ha experimentado un desarrollo de plantas bio-GNL en los últimos años, con un total de 15 plantas activas censadas en 2021, según el Informe Estadístico 2022 de la Asociación Europea del Biometano (EBA). Y hay previsión de un incremento considerable en el número de plantas, con 100 nuevos proyectos confirmados para 2025. Esto representa una capacidad de producción total de bio-GNL de 12,4 TWh al año.

Ahora bien, para que el desarrollo del biometano como biocombustible sea posible y resulte viable, escalable y rentable, debe ir acompañado de políticas de la UE que reconozcan al completo su papel como garantía de inversión y del compromiso de las grandes empresas, capaces de marcar tendencias y convertirse en referentes e impulsores del cambio.

 

Desde Waste2Energy podemos contribuir al desarrollo del biometano como biocombustible, asesorándote sobre los procesos de valorización de tus residuos orgánicos para su obtención. Contacta con nosotros y resolveremos todas tus dudas.

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